Sí, me acuerdo cuando me dijiste que llegar era muy difícil de llevar. Que cuando llegaste sentiste una ansiedad enorme y unas gnas de volver aún mayores. Que pensabas siempre en lo que habías dejado atrás y que costaba mucho trabajo mantener la frente en alto.
Igual me dijiste que cuando tú arrivaste, fue una oportunidad para madurar, reflexionar y decidir las cosas ahora con una perspectiva diferente. Recuerdo muy bien que cuando hablaste conmigo por primera vez y decidiste contarme tu experiencia me comentaste que fue una de las cosas más complicadas y tediosas de hacer.
También recuerdo que, ahora que ya estás por tu cuenta, me animaste y me deseaste suerte en mi travesía pero no sin antes haberme advertido de lo fuerte que iba a ser enfrentarse a todo esto. Y es que uno vive en la ignorancia hasta que se enfrenta a la durísima realidad que es resolver, pensar, decidir, conservar y dirigir las cosas.
No lo tomé como una anécdota más de tus aventuras, sino como el consejo más grande que uno puede dar a cualquier humano. Y es por ese consejo y esas ganas que noté en tí que estoy aquí hoy.
Y tampoco olvides que de donde venimos es a donde vamos.
El circulo del ir y venir, tambien cuenta. Nunca olvides que saliste por una razon, y regresaras por las personas que te inspiraron a tomar esa razon como tu estandarte.
Muereeeeeeeeeeeee.