Archive for the 'Diarrea Mental' Category

Consejo

Sí, me acuerdo cuando me dijiste que llegar era muy difícil de llevar. Que cuando llegaste sentiste una ansiedad enorme y unas gnas de volver aún mayores. Que pensabas siempre en lo que habías dejado atrás y que costaba mucho trabajo mantener la frente en alto.

Igual me dijiste que cuando tú arrivaste, fue una oportunidad para madurar, reflexionar y decidir las cosas ahora con una perspectiva diferente. Recuerdo muy bien que cuando hablaste conmigo por primera vez y decidiste contarme tu experiencia me comentaste que fue una de las cosas más complicadas y tediosas de hacer.

También recuerdo que, ahora que ya estás por tu cuenta, me animaste y me deseaste suerte en mi travesía pero no sin antes haberme advertido de lo fuerte que iba a ser enfrentarse a todo esto. Y es que uno vive en la ignorancia hasta que se enfrenta a la durísima realidad que es resolver, pensar, decidir, conservar y dirigir las cosas.

No lo tomé como una anécdota más de tus aventuras, sino como el consejo más grande que uno puede dar a cualquier humano. Y es por ese consejo y esas ganas que noté en tí que estoy aquí hoy.

Task at hand

La pregunta que varias personas que son bastante allegadas a mí me han hecho últimamente es simple y que, si soy sincero, ya va cayendo en lo trillado:

¿Cuándo regresas?

A decir verdad, la misma pregunta me intimida. No sé cómo responder tal interrogante. Es una pregunta que me agobia y me incomoda. No culpo a ninguna de las personas que terminan escribiendo esa pregunta en nuestro medio de comunicación único, ellos no tienen idea de qué sentimientos surgen ante tal cuestión. La única respuesta que puedo dar es un simple y seco “no lo sé”, seguido de un gran silencio y drastico cambio de tema de conversación.

Es miedo y no incomodidad, esa es la conclusión a la que llegué hace algunas semanas mientras pensaba en ello recostado en mi hamaca verde. Pensé “¿y qué tal si realmente no tengo a donde regresar?”, “llevo 3 meses ausente, ¿qué será de mi hogar?”, “¿será que no volveré?”, entre otras cosas que no puedo decir en voz alta por temor a una reprimenda por parte de mis padres.

¿Puedo comenzar a creer que no tengo ya nada qué recuperar ni a donde regresar y continuar? ¿Será más bien que esto me indica que tengo que volver a empezar?

Este es un post incompleto, por que no tengo ni una sola respuesta a tales preguntas.

Se las debo, me las debo y me las deben…

*

A ver qué pasa.

Vaivén

Un movimiento fijo, pero a veces sin rumbo… Repetitivo, y sin sentido alguno a veces. Como si estuviera destino a repetirse de por vida, sin objetivos, sin reproches, sin otras posibilidades, con sólo sentido y nada más que eso. No comprende otra forma de “pensar”, ni ninguna otra manera de actuar.

Simplemente es así.

A veces se me ocurre pensar que mi vida, en específico, es un vaivén sin fin. El simple hecho de que sea una especie de estire y afloje de cualquier situación me hace reflexionar sobre si todas las situaciones que se me presentan son más que eso o simplemente son lecciones que aprender.

Me acuerdo de mi infancia, de lo simple que eran las cosas en esos momentos. Bastaba con decir “lo siento, fue sin querer” para resolver CUALQUIER problema. Incluso las relaciones amorosas eran más simples. Un beso en la mejilla era suficiente para consolidar una relación con una niña y que era, incluso peor, que decir groserías (cosa que en esos años era sumamente prohibido… Decir “tarado” era delito penado con la muerte). O cuando perder un “tazo” era más fuerte y  decepcionante que perder un año de escuela. Extraño mucho esos días en que realmente todo era muy simple, sin responsabilidades y demás.

Era un día muy bello. El sol incitaba a salir a caminar un rato, lo cual era extraño porque normalmente hace calor y a las personas les es imposible salir ante semejante temperatura, pero ese día decía lo contrario. Decidí salir a caminar, a pensar sobre lo que hago y lo que pienso, lo que haré y como quiero pensar.

Caminé por la avenida principal que está saliendo de la residencial donde vivo y observo como las personas ejercen diferentes actividades a lo largo de mi trayecto. Una señora cocinando en su pequeño negocio de quesadillas y empanadas, un empresario que hablaba por el celular (aparentemente cerrando unos contratos) y un pequeño niño que jugaba en el asfalto con un carro de juguete.

La señora parecía enojada, no se veía nada feliz. Su mirada, su forma de preparar la comida era un poco desesperada. Se veía agitada y triste mientras hacía sus labores. Inocentemente le pregunté si estaba bien, por educación claro está, y respondió fríamente “No te interesa niño, déjame trabajar en paz. Tengo muchas cosas que hacer”. Nada sorprendido por su respuesta decidí seguir con mi camino hasta llegar, a unos cuantos pasos de ella, al supuesto empresario.

El empresario se veía agitado pero con ánimos de seguir adelante. Intenté la misma prueba con él, pero con una pregunta distinta. Me acerqué y con tono amigable y respetuoso le pregunté “señor, ¿cómo está su día?”. Ligeramente molesto me dijo “Va bien, muchacho. Pero ahora estoy muy ocupado, ¿podrías dejarme terminar con esto, por favor?”. Nuevamente me retiré con discreción y pensante sobre lo que acababa de suceder.

La señora parecía totalmente desagradecida con lo que tenía y, aparte, únicamente hacía lo que hacía por deber, no por gusto. Recapitulando también al señor empresario me di cuenta de que él se notaba un poco más gustoso haciendo los tratos (o eso creía que hacía) y ejerciendo su trabajo, pero aún así lo noté un poco molesto por mi intromisión a su día. “Adultos”, pensé “muy ocupados en lo suyo para preocuparse por responder una pregunta de alguien que se interesa por ellos”. Es cierto que los problemas a esa edad son mayores, pero no por eso hay necesidad de ser groseros.

Continué mi camino y no muy lejos encontré al niño que vi antes. Decidí ver si realmente podía responder la pregunta que le hice a los anteriores. Esta vez algo mucho más sencillo como “¿a qué juegas?”. El niño volteó, me miró a los ojos fijamente y me dijo:

“Nada, vete estoy jugando…”

Atónito y confundido me levanté de golpe y regresé por el mismo camino. Pensé que el niño, el alma noble que le corresponde, me diría algo más alegre, algo mucho más amigable; pero no fue así. En el camino de regreso escuché cómo la señora le gritaba al empresario que cuidara al niño y este simplemente no le hacía caso. El niño los veía fijamente con cara de tristeza casi al borde de las lágrimas. Supuse que la señora era la madre del empresario, y que este era el padre del niño. No podía creer como 2 personas habían deshecho la pureza del niño de manera tan cruel y, peor aún, sin sentir remordimiento alguno.

Regrese a mi casa, sintiendo coraje y decepción por las personas que me hicieron ver tan cruda realidad. Me senté en un sillón, miré al techo y no hice más que mirarlo fijamente por 20 minutos. Mi papá estaba de regreso después de dicho tiempo y me preguntó curioso que qué tenía. Le conté lo que observé y analicé. Con una cara que expresaba una tristeza profunda y con un nudo en la garganta me dijo:

“Perdóname hijo”

Lo miré atentamente a los ojos y con una expresión de incertidumbre le pregunté “¿de qué te disculpas, papá?”. Me respondió muchas cosas, cosas que él había hecho semejantes a lo que sucedió con la señora, el empresario y el niño; cosas que hizo incluso con complicidad con mi mamá, con mis tíos y tías, y con demás personas que conozco.

Después de lo confesado, no podía decir una palabra. Estábamos ahí los 2 sentados mirándonos a los ojos y con muchas cosas que decir y pocas palabras que lo podían  expresar. Me levanté de mi asiento, me dirigí hacía él y le dije directamente “no tienes por qué disculparte”. Me dirigí con el mismo ritmo a mi habitación a reflexionar sobre lo que mi papá había confesado y sobre lo que yo podía hacer ante ello.

Para mí, los problemas son como un vaivén, como dije anteriormente. Un ciclo sin fin, un eterno estire y afloje. Pero pensé otras cosas también. Que el vaivén que se me presenta todos los días es un recordatorio de que no hay nada estable ni seguro en esto. Que simplemente es una respuesta de tus acciones y que, por más que queramos que ese columpio vaya hacia dónde vamos, siempre regresará a donde comenzó, donde se originó todo este embrollo en el que todos estamos metidos.

El vaivén que vivo yo, es uno insignificante en comparación a los demás que conozco y estoy consciente de que existen. Aunque comparar no es la mejor opción puedo entender que hay cosas más graves que las mías.

Dice mi papá, citando a un filósofo muy famoso:

“Durante mi vida me han acechado un sinfín de terribles problemas, y algunos de ellos han sido ciertos”

Palabras que siempre rondan en mi cabeza, haciéndome pensar 2 veces antes de decir que mis problemas son fuertes. Yo creo los problemas según dice tal dicho, y yo también soy el que los hace grandes o pequeños según sea el caso. ¿La meta? Entender, asimilar. Comprender y aprender. Reflexionar y actuar. Diferentes acciones que marcan la gran diferencia entre actuar sabiamente y actuar estúpidamente.

Aún sigo pensando que el vaivén en el que vivo es un simple movimiento fijo, sin rumbo y sin derecho a cambiar. Que estoy destinado a vivir ese mismo movimiento para toda la vida.

Pesimista, ¿no?

Realista diría yo. Pero a final de cuentas es algo que, como ser maduro que aparento ser, debo afrontar.

Estoy bastante confundido en estos momentos, este mareo que siento, y esta inquietud me están casi matando. Quiero saber qué será ese tipo de sentimiento que me agobia.

¿Será el vaivén? ¿O será otra cosa?

Sólo escucho un rechinido extraño, como de algo oxidado o algo que ya no sirve más. Quizás ese columpio que hace dichoso movimiento ya no sirve.

En fin, ¿estaré delirando?

Una Historia Que No Termina

Es como en toda historia. Primero es el prólogo, en donde se relatan los antecedentes de una manera interesante y enganchante sin dejar mucho a revelar del “plot” principal.

Después viene el desarrollo de la historia, en donde suceden los hechos más importantes en la vida del personaje principal.

Para meter al lector más en el relato, viene el momento climax, donde el protagonista vive el momento más crítico en la historia. Aprende, vive, enfrenta todos los problemas, los resuelve o plantea una solución para ellos.

Por último llega el final, donde el personaje principal termina resolviendo los problemas o, en su defecto, dejando una continuación para el siguiente volumen de la historia.

En el caso de que termine la historia, sigue un epílogo. El autor da los últimos detalles, y da un final más concreto.

Me gustaría saber cuando llegaré a ese final que tanto anhelo. Y el epílogo, ¿será que tenga esos detalles de tranquilidad que todos queremos escuchar alguna vez?

*

*

Ya veremos cómo prosigue la historia.

*

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*

Me gustaría saber si habrá un final o sólo estoy divagando entre ideas fugaces.

*

Espero que si haya

I Lost

Perdí mi sencibilidad.

Ese toque de ternura que solía tener, aquella inocencia con la que me presentaba, esa dulcura que me caracterizaba.

Comenzaré un examen de consciencia, uno que me hará ver qué es lo que estoy haciendo mal. No olvidar los errores, sino aprender, por fin de ellos.

¿Estoy haciendo realmente mal?

La frase que alguna vez mi padre dijo resuena todo el tiempo en mi cabeza. Es por eso que dudo a cada momento sobre mis actos.

¿Será lo que pienso?

La verdad creo que sí, pero es ahí dónde me doy cuenta de que la necedad es un aliado traicionero, por incoherente que eso pueda sonar.

Tengo sueño, mi mente necesita descansar, y mi alma exige un examen de consciencia muy a fondo, mi boca quiere callar, mis oidos dejar de escuchar, mis ojos dejar de ver, mi ser escucharse a sí mismo…

Cuerpo quiere reinar, pero Yo quiero ser el que ponga las leyes.

Consejero de rey falso, cosa graciosa.

Nos vemos pronto, que un lacayo debe morir para dar la bienvenida al nuevo rey.

Recordando Viejas Conversaciones del MSN Parte 2

*Mario acaba de iniciar sesión*

Mau: Osea jelou *ícono fresa*

Mario: Osea jelou, ¿sabes?

Mau: Osea sí sé, ¿sabes?

Mario: Sí sé que sabes, ¿sabes?

Mau: Osea sí sé que sabes que sé, ¿sabes?

Mario: ¡Ah! ¡Maldita sea! ¡Mi mente explotó!

Mau: Osea ya sé, ¿sabes?

Mario y Mau: Jajajajajajaja

Emotion

Now and then I think

“maybe is time for a change”

And I use to think that yesterday… But maybe that change wouldn’t be mine.

Just thinking,

assuming responsabilities,

watching,

feeling,

looking for an entrance,

waiting for a good moment,

searching for trust,

believing that love do exist,

that confidence is what I need,

also courage to face this feelings,

pacience to endure,

open my ears to listen,

giving my heart to those who know how to use it,

saying words full of wisdom,

laughing about the worst matters with all respect,

bringing joy to that person,

teaching life lessons to those who are blind,

accepting that I’m always wrong and rectracting myself thinking that I’m possibly right,

making mistakes,

hurting myself,

trying to be free,

crying,

being alone,

watching others fall,

helping,

writing,

drawing,

laughing,

*

*

*

*

Thinking now and then if all of that really matters…

*

I don’t care,

I’m just living…

Reflexionando

He dádome cuenta de que esto de la escritura no es algo sencillo de cultivar. Es como aprender a andar en bicicleta, te da miedo al principio por que sabes que lo vas a hacer mal, pero después agarras vuelo, confianza y demás y hasta le haces acrobacias.

Es divertido, realmente escribir no es algo que yo haya pensado que podría hacer con facilidad… Yo ya me veía encerrado en mi cuarto únicamente dibujando cositas como acostumbro hacer en mis momentos de ociocidad/inspiración, pero resulta que a muchas personas (bien cultas, cabe mencionar) les agrada mi forma de escribir.

Y es chistoso por que la verdad yo no me considero un escritor nato, pero pues hago mi luchita. Más cuando te vas dando cuenta de que las palabras salen solas y es como platicar lo que estás pensando con un amigo, en este caso mi queridísimo y amado blog (al cual no pelo, pero netamente lo amo) y escribir estupidez y media.

De todos modos estaba un poco inspirado y quise poner esta pequeña reflexión sobre mi forma de escritura.

*

Tengo muchas cosas en qué pensar y muchas ganas de llevarlas a la práctica, pero creo que tendrá que esperar un poco más.

I had a dream

Estos últimos días he estado pensando en muchas cosas referentes a las perosnas con las que me llevo. Puede ser que esté buscando respuestas del por qué actua así la gente o las causas de ciertos problemas en mi vida, no lo sé. Igual estoy intentando buscar respuestas para mí en lugares incorrectos.

¿Qué tiene que ver esto con el título de mi post?

Sencillo. Anoche tuve un sueño muy interesante. Estaba caminando de regreso de la Universidad hacia mi casa por un rumbo que aparentemente en mi sueño era muy conocido y en un abrir y cerrar de ojos me vi en un callejón bastante oscuro donde se veía una luz al final y una casa de color naranja que supuestamente era MI casa. En lo que caminaba hacia mi casa alguien me dijo “es más fácil por aquí”. Seguí ese comentario y seguí a aquella persona que me lo dijo. Él era muy tímido y reservado en caracter, cosa que no me extrañó en el momento.

En aspecto era de cabello medianamente largo (hasta los oidos), lacio y negro con cara triste (quizás también por la timidez aparente que tenía), algo delgado. Vestía una playera verde y un pantalón de mezclilla azul oscuro. Supe esta descripción hasta después ya que no me vió a la cara en lo que subíamos una especie de escaleras que llegaban a su departamento.

No sé por qué me invitó a pasar, pero lo hice. Sentí confianza. Entré me recibieron sus padres y me ofrecieron de cenar. Mientras la cena era servida me invitó (él) a pasar a su cuarto a hacer tiempo. Su cuarto era pequeño, de paredes amarillas con un foco hasta arriba, con una repisa llena de libros y unos cuantos juguetes que le hacían de adorno a la habitación. Su cama tenía una sobrecama de color azul con almohadas blancas y era de madera oscura. En su escritorio una computadora y unas cuantas libretas con varios dibujos suyos (muy bonitos como agregado) sostenidos a la madera del escritorio por tachuelas.

Ya en el cuarto comenzó a desempacar sus cosas de la escuela y a organizar el desorden que tenía en su habitación. Mientras él hacía eso, yo lo miraba atentamente y trataba de reconocer su cara o por lo menos damre una irdea de quién podría ser. En lo que él ordenaba y yo intentaba reconocer, llegó la hora de la comida. Sus padres muy amables me invitaron a sentarme y comencé a comer. No recuerdo muy bien la comida pero era algo así como una sopa de tomate que por cierto estaba muy rica. El diálogo mientras comíamos no lo recuerdo con claridad pero sí recuerdo que él comentó algunas cosas con la misma expresión triste en su rostro. Seguí pensando en quién sería hasta que llegué a una conclusión. Fue ahí precisamente cuando desperté. Desperté con un sentimiento de ternura y comprensión, me sentí por un momento asustado pero después sentí cariño hacía él. Creo que ese personaje de mi sueño, el que me causó esos sentimientos y esas ganas de saber quién era, era precisamente YO.

No es la primera vez que tengo un sueño de ese estilo y me asustan un poco, pero a la vez me hacen sentir emociones geniales que nos abía que podía sentir. Lo interesante es que son emociones hacía mí, no hacía otras personas. Realmente me estoy proyectando de maneras muy raras y poco comunes.

Tal vez esa sea la razón por la que intento ayudar tanto, por la que intento ser fuerte ante las personas que quiero, para no volverme como aquel chico de mi sueño. Pero a la vez siento que debería ser a veces como él para poder ser lo que en realidad quiero ser.

Por que ese chico no es miedoso, no está triste, no es tonto, no es nada negativo. Más bien es todo lo que yo he querido ser y mi mente lo proyecta de esa manera para que entienda de que manera me debo comportar.

Mi mente es bastante mañosa y me gusta la verdad. Me gustaría poder ser alguna vez como él y no ser más como soy ahorita.

Y así realmente estar mejor conmigo mismo.

Ese tipo de sueños me ponen en un mood bastante inspirado y emotivo. Son los únicos que han logrado sacar mi verdadero yo y restregármelo en cara para cmabiar.

Amo soñar

Know

Maybe I should know that was going to happen…

And sadly that’s all what I have to say.

I’m comprehensive but this is too much for me…

Hi, world! I have already seen the light in you…


Hoy es…

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